Las ventajas de la ancianidad
Ser anciano es es una etapa más del ciclo de la vida. Una época de enorme riqueza.
No puede concebirse la vejez como la etapa más fácil de la vida. A las dificultades propias de toda existencia, se suman la progresiva pérdida de nuestra vida, los achaques que empiezan a aparecer, los defectos característicos de esta edad…
Es inevitable envejecer. Pero se puede ser un magnífico anciano, con solo asumir lo que se es, y descubrir lo mucho que puede aportar: experiencia, recuerdos inapreciables, unidad de la familia.
La ancianidad es, también, tiempo de recuento, y aquí radica no poco de su utilidad y de su grandeza. Podemos alegrarnos del bien que hemos hecho y rectificar lo que fue tan bueno ¡Podemos pedir perdón!