Educación Diferenciada

Partimos de que hay muchas formas de educar, todas ellas dignas de respeto.    De entre esas maneras de formar hay una, no siempre bien conocida y reconocida que es la «educación diferenciada», que no excluye el valor de la educación mixta.

Actualmente, en muchos países de cultura avanzada como Estados Unidos, Nueva Zelanda, Reino Unido, Francia, Alemania, Australia y Escocia, los expertos consideran que la educación diferenciada es una opción no sólo razonable, sino más que deseable, ya que facilita un mayor rendimiento académico.

Son muchas las estadísticas, informes y estudios, que así lo reflejan. Por ejemplo, el informe PISA 2003, realizado para los países de la OCDE, que se repite cada año, demuestra que las calificaciones se elevan de forma considerable al separar a niños y niñas.

Partiendo de que ambos sexos son iguales en derechos, deberes, humanidad y dignidad, se aprecia que son diferentes en su forma de aprender.

Si no nos dejamos llevar por ningún patrón ideológico, las diferencias ente sexos son muchas y muy significativas, no sólo en la forma de aprender, sino en la forma de ver y vivir la vida. Las chicas maduran antes, son más intuitivas, con mayor riqueza verbal. Los chicos son mas «razonadores», van a lo esencial, y se expresan también más escuetamente.

 Pero, lo más importante y sorprendente, desde el punto de vista científico, es que estas diferencias son innatas. Es decir, no se deben a unos hábitos adquiridos a lo largo de nuestra vida o a unos roles histórico-culturales que nos hayan sido impuestos. Por el contrario, su origen se encuentra en las diferencias estructurales y funcionales entre el cerebro femenino y el masculino.

      Los avances de la neurociencia han permitido  afirmar que se trata de una realidad empírica demostrada. Un dato entre muchos: el Instituto Nacional de Salud de Washington demostró recientemente que el cerebro femenino madura años antes que el masculino y que la región del cerebro que coordina la función lingüística es un 30% más pequeña en los hombres que en las mujeres, aunque tengan idéntico coeficiente intelectual.

       Otro: el desarrollo muscular de los chicos provocado por la influencia de la testosterona. Esto les hace mucho más proclives a la actividad: son por lo tanto más inquietos, brutos y movidos; les gusta «pegarse», para el horror de sus compañeras del otro sexo. Subirse a lugares difíciles. Necesitan deportes donde emplear su energía física.

       En consecuencia, optar por la educación diferenciada es una opción válida, que  no pretende excluir otras, sino aportar sus ventajas a la sociedad.

Apuntes tomados de una Entrevista a María Calvo Charro, profesora de Derecho de la Universidad Carlos III de Madrid, y experta en temas educativos.

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