El pasado 20 de Febrero y bajo el título Construir un mensaje relevante el periodista Luis Fontán del Junco inauguraba en la Fundación Cajasol el Ciclo de Formación de Voluntariado de ASA.
El periodista estructuró su discurso según los elementos básicos de toda comunicación (emisor, mensaje-canal y receptor) y fue desgranándolos uno a uno utilizando ejemplos y elogiando la labor de la ONG.
Con respecto a nuestro emisor (los voluntarios) destacaba que lo único que se les pide es que sean “creíbles”. Hacía un paréntesis para elogiar a todos los voluntarios “Vosotros no es que seáis creíbles, es que sois ¡increíbles!” Pero es verdad que a veces en la comunicación el emisor no logra que pase el mensaje por no hacerse creíble. Las razones de ello pueden ser que presumimos en exceso de nuestra credibilidad, o cuando no existe equivalencia entre lo que uno dice y lo que uno hace”, manifestaba Fontán.
Por otro lado, refiriéndose al receptor (en este caso, las personas atendidas por los voluntarios = usuarios) señalaba que “lo que más demanda es cercanía, empatía, proximidad, calor a los corazones. Y vosotros la tenéis; por eso ASA tiene tanto éxito, porque conseguís dar cercanía al que está rodeado de la nada”.
Y ¿qué pide el mensaje? ¿Cuál es el requisito para que el mensaje sea eficaz? Que el mensaje sea relevante y nuestra actitud a la hora de expresarlo sea la adecuada. Si en el mensaje nos mostramos cercanos, con simpatía, el mensaje llega porque tiene fuerza, porque le estamos dando lo que el mensaje requiere». Muchas veces, la empatía rompe “esa apatía” que, por un motivo u otro, tienen las personas que se visitan durante esa labor social.
Además Luis Fontán insistió en la importancia de “proteger como sea posible la credibilidad”, del valor de la transparencia y de la comunicación, porque “cuando tú no hablas como emisor, otros hablan por ti, y fácilmente pueden dar una imagen distorsionada. Y entonces pueden hacer perder vuestra credibilidad”.
Los otros elementos de la comunicación como el canal, y el ruido, le sirvieron para relacionarlos con la soledad, el área en la que ASA centra gran parte de su labor. Luis Fontán decía que “cuando hay un problema, una crisis, el error es alejarse del receptor. Hay que estar cerca del problema, cerca de la crisis. Por eso, apuntaba, “ASA hace un trabajo muy bonito. Está cerca del ruido para atajarlo: el ruido es la carencia, la soledad. ASA es un detector de ruidos y lo único que hace, que no es poco, es oír lo que a otros les pasa desapercibido; la carencia de compañía”.
Finalmente, Del Junco cerraba su coloquio con unas palabras llenas de afecto a todos los que hacen posible este proyecto: “¡qué labor tan bonita hacéis cuando la persona que está sola, por la compañía que le hacéis, se siente realizado!”