El sentido común y la mayoría de la gente, siempre nos ha dicho que ser optimistas nos ayuda a tener más éxito en nuestra vida y en el trato con los demás.

Vamos a ver algunas de las ventajas de esta cualidad del carácter.

El optimismo amortigua el impacto de las dificultades. Estas se colocan en su lugar, pero siempre se ven como un “reto a resolver”.

Los optimistas, parecen sentirse impulsados resolver lo que les preocupa, suelen tener control de sí mismos y piensan poco en su malestar. buscan en seguida soluciones si el asunto lo requiere, y lo intentan muchas más veces.

Esta potente herramienta de nuestro carácter promueve que se activen respuestas orientadas directamente a resolver el problema, lo que impide, por ejemplo, caer en el típico error de tratar de “olvidar” o de “huir” de ese elemento doloroso o angustiante, lo cual definitivamente no nos ayuda a buscarle una solución al conflicto.

Además, favorece que se empleen mecanismos mucho más eficientes y constructivos al enfrentarnos con los los conflictos, personales, profesionales, etc.

Asimismo, favorece en buena medida nuestro trato con otras personas, por hurañas que se presenten. Ellas mismas quedan agradecidas a nuestro modo de ver las cosas, y nos piden que les ayudemos a enfocar así las suyas.

De todo esto podemos sacar una conclusión. Por muy negativos que nos hayan hecho nuestros genes o nuestro ambiente, conviene esforzarse por desarrollar una postura optimista, que nos ayudará a ser más felices y a hacer la vida más amable a los demás.