Hay personas que parece que han nacido para hacernos felices, porque actúan de una manera que las hace únicas y excepcionales.
Son hombre y mujeres que siempre que pueden tienen una palabra de aliento, una mano que tender, un buen pensamiento, un acto de servicio que ofrecernos.
Una de las cosas que ponen en práctica es aceptar incondicionalmente al otro. Siempre tienen una sonrisa para la persona con que trabajan o conviven.
Haciendo gala de su grandeza, estas personas no piensan en ellos, sino sobre todo en las personas que les rodean.
Siempre tienen un momento para escuchar, para entender y “pueden esperar”,algo que el común de los mortales agradecemos mucho.
Estas personas nos hacen felices no por su dinero, sus estudios o su belleza. Lo hacen por su generosidad, por su grandeza de corazón y la sencillez en su obrar.
Y aunque la vida pueda separarnos de ellas, seguro que nos han convertido en alguien mejor, Y esto es para siempre.
Ideas tomadas con agradecimiento a Raquel Aldana,
bajo elt ítulo “La grandeza de las personas está en los pequeños detalles”
en «la mente es maravillosa». com